El trabajo infantil en calle y el consumo de sustancias psicoactivas
Durante varios años, ednica ha documentado que existe una relación muy estrecha entre la situación de calle, tanto en la vida como en el trabajo infantil en las calles, con el consumo de sustancias psicoactivas. La ENCODAT 2017, señala que hasta 6% de adolescentes entre 12 y 17 años consumen sustancias psicoactivas; en los instrumentos internos, identificamos entre los NNA que trabajan en calle, hasta un 18% de consumidores ocasionales o experimentales, es decir, existe más del doble de riesgo que para la población en general.
Los NNA que trabajan en las calles, se encuentran en condiciones de vulnerabilidad debido a la exclusión del ejercicio de sus derechos fundamentales. Por su pobreza y exclusión, involucran a NNA en la venta informal de productos en la vía pública. Este trabajo infantil aumenta el riesgo de deserción escolar y los expone a otras situaciones de riesgo más alarmantes como el consumo de sustancias psicoactivas. Entre las principales condiciones que observamos en la población objetivo son: El 100% de las familias que participan en los centros realizan actividades de la economía informal; con base en los indicadores de la pobreza del CONEVAL, el 99% de la población presenta al menos de una a 3 carencias sociales como pobreza alimentaria, baja escolaridad familiar, deficiencia en los servicios de vivienda y/ o difícil acceso a los servicios de salud, así como nulo acceso a la seguridad social; el 50% de las familias viven en casas rentadas y cerca del 60% presentan hacinamiento en sus viviendas, el 80% refiere conocer a alguien que vende, distribuye o consume sustancias psicoactivas, el 10% tienen un integrante de la familia con problemas con la ley. A nivel individual más del 40% tiene una baja autoestima y un 45% una pobre visión de su futuro, un pobre autocuidado de su salud y han sido víctimas de violencia, normalizando la resolución violenta de conflictos en sus relaciones. En su entorno inmediato, hay relaciones problemáticas, violencia familiar y comunitaria, exposición a la venta y consumo de sustancias, normalización a la mismas, pobreza, ruptura del tejido social.
Desafortunadamente, la ENCODAT (Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco) no ha sido aplicada desde 2017; por lo que sus datos son lejanos a la realidad actual. No obstante, contamos con cifras de otros indicadores y encuestas que nos ayudan a tener un panorama cercano a la realidad actual del consumo entre las niñas, niños y adolescentes.
Con base en los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022 (ENSANUT 2022), 4.6% de adolescentes entre 10 y 19 años se identifica como fumador actual y un 3.7% como ex fumador. De manera desagregada, el 0.3% de 10 a 14 años consume tabaco, mientras que, de 15 a 19 años se dispara hasta un 9.1%. Llama la atención que, si analizamos su escolaridad, el 14.5% de las y los fumadores, no estudian actualmente. De manera contrastante, en el caso de los 90 niños, niñas y adolescentes trabajadores de calle atendidos en ednica, sólo el 2% señala consumir tabaco.
En cuanto al consumo del alcohol, la ENSANUT 2022, señala que, para adolescentes de 10 a 19 años, un 20.6% menciona ser consumidores; un 13.9% afirma haber consumido en los últimos 12 meses y sólo un 5.2% en el último mes. En caso contrario, un 9% de los NNA trabajadores de ednica menciona haber consumido alcohol, siendo el 8, quienes afirman hacerlo de manera experimental. Aunque la cifra puede llegar hasta el 18% cuando se habla del consumo con amigos o familia.
Otro dato alarmante es que, de acuerdo al Sistema de Vigilancia Epidemiológica en las Adicciones (SISVEA) en su informe del año 2021 a nivel nacional, menciona que, de las personas que solicitaron atención en centros de tratamiento por consumo de alguna sustancia, 579 (0.7% del total) tenían menos de 14 años, mientras que, 9,218 (10.6% del total) tenían entre 15 y 19 años de edad. Asimismo, dicho informe señala que, 4.9% señala haberse iniciado en el consumo entre los 5 y 9 años, 18.1% de 10 a 12, 39.6% de los 13 a los 15 años y el 23.4% de los 16 a los 18 años. Las sustancias que mencionan de inicio en su mayoría son el tabaco y el alcohol, aunque, en el rango de 13 a 15 años tiene mayor presencia la marihuana y de 16 a 18 años, a la par del alcohol está el crack como droga de inicio. En el mismo informe, se reporta de un total de 1569 muertes asociadas al consumo de sustancias, 0.7% tenían menos de 10 años, 1.3% de 10 a 14 años y 5.5% de 15 a 19 años.
Por otro lado, de acuerdo con el Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Drogas, en su informe de 2022, señala que, en relación con la historia de consumo y el acceso al tratamiento, las personas usuarias iniciaron el consumo de cualquier sustancia psicoactiva (incluyendo alcohol y tabaco) en promedio a los 15 años, la sustancia de impacto la comenzaron a usar en promedio a los 19 años, es decir, pasaron 4 años entre la experimentación y el inicio del consumo de la sustancia de preferencia. Considerando que la edad promedio de ingreso a tratamiento fueron los 29 años, pasaron 10 años desde la experimentación hasta la solicitud de atención por el uso de la sustancia de impacto.
Por ello, desde el año 2018, en conjunto con dos organizaciones hermanas, Codeni A.C. y Matraca A.C., hemos impulsado la construcción de un modelo preventivo ante el riesgo de consumo de sustancias psicoactivas con la niñez y adolescencia que trabajan en las calles de la Ciudad de México, Guadalajara y Xalapa, ya que, como mencionamos anteriormente, hemos identificado que existe hasta un 70% de riesgo de iniciarse en el consumo de sustancias, mientras que, el 30% que ya se reporta como consumidores experimentales u ocasionales, se encentran en riesgo de desarrollar una adicción.
Hemos implementado tres fases de este proyecto, nuestro modelo se centra en cuatro ejes estratégicos: 1. El desarrollo socioemocional de los niños, niñas y adolescentes. 2. El ejercicio de los derechos humanos, particularmente el de la salud desde un enfoque mucho más amplio que sólo la atención médica. 3. La participación y organización infantil como un eje fundamental para que, ellos y ellas identifiquen las problemáticas asociadas al riesgo de consumo y desde sus propias herramientas construyan propuestas y soluciones. 4. El trabajo en red de las organizaciones, quienes, de manera articulada, hemos fortalecido nuestras capacidades institucionales y brindado espacios para el acompañamiento de los niños, niñas y adolescentes junto con sus mamás.
Cabe destacar que un factor relevante es el trabajo simultáneo con las madres de familia o adultos responsables del cuidado de los niños y niñas. Puesto que, un ambiente en donde se promovía el consumo era en la familia, por tanto, las estrategias han ido encaminadas en la construcción de ambientes familiares de protección y cuidado.
Un logro fundamental de esta estrategia es la conformación de una red interinstitucional de niños, niñas y adolescentes que trabajan en calle y que pertenecen a las tres organizaciones, que han denominado PIEA (Previniendo, Informando y Evitando Adicciones). En dicha red, los propios niños y niñas han propuesto los contenidos de los talleres, las estrategias preventivas a desarrollar, se han evaluado los aprendizajes y se han impulsado acciones encaminadas al fortalecimiento de los factores protectores y la disminución de los factores de riesgo.
Como resultados significativos de este proyecto, de los 261 niños, niñas y adolescentes evaluadoa de las tres organizaciones, podemos identificar que:
- Se estima que la prevalencia de consumo es del 21%, una cifra bastante menor a la obtenida en procesos anteriores, aun cuando observamos un alto nivel de riesgo de consumir sustancias cuando se está en situación de calle, en comparación con la prevalencia nacional entre las y los adolescentes que de acuerdo a la ENCODAT 2016-207 es del 6.4 para sustancias no reguladas y hasta 15.6 para el alcohol.
- Un 9% mencionan haberse iniciado en el consumo hace menos de un año a pesar del trabajo preventivo.
- La sustancia que mayor prevalencia de consumo tiene es el alcohol con un 11% y hasta un 26% en diferentes patrones de consumo. De igual manera un 4% menciona consumir tabaco y un 3% marihuana. Otros datos alarmantes son: el 5% que menciona consumir varias sustancias entre las que destacan el tabaco, la marihuana y el activo. No obstante, la mayoría refiere consumirlos de forma ocasional y sólo un 3% de forma frecuente.
- En cuanto a los ambientes señalados se mantiene la tendencia respecto al consumo con amigos (12%), familia (11%) y de forma solitaria (13%), aunque la pareja sigue estando presente en algunas ocasiones de consumo.
- Cabe señalar que entre las principales causas que afirman para iniciarse en el consumo la tendencia muestra que la principal causa, aunque ha disminuido obedece la presencia de problemas personales y emocionales con un 33% de las opiniones.
- La principal consecuencia identificada acerca del consumo se da con los daños a la salud física y mental con alrededor del 51% de las opiniones y que ha aumentado según el análisis longitudinal en el tiempo.
- Entre los principales factores protectores que se mencionan con un 48% con escuchar, ayudar y apoyar a las y los niños, niñas y adolescentes cuando presenten algún problema, algo que está íntimamente relacionado con los problemas emocionales y personales como causal del consumo. El segundo factor es el 26% con el apoyo de la familia que fue algo que se impulsó en el proyecto.
- Alrededor del 13% de niños, niñas y adolescentes trabajadores de calle participantes en el proyecto, afirman que practicar conductas protectoras ayuda para la prevención o retardo en el inicio del consumo de sustancias psicoactivas. No obstante, más del 90% fue capaz de mencionar al menos 3 conductas protectoras que ellos y ellas practican para evitar el consumo. Dentro de las menciones destacan: la responsabilidad en el autocuidado de la salud con un 47%, el tener hábitos saludables con un 43% y la mejora de la autoestima con un 39%.
- Finalmente, el 85% de los NNA evaluados identifica como muy peligroso el consumo de sustancias.
Como podemos observar el consumo de sustancias psicoactivas se ha convertido en un problema grave que requiere de atención puntual y de estrategias preventivas basadas en evidencias y resultados comprobables.
Aún tenemos mucho camino por recorrer, pero estamos seguros que, gracias a la confianza de los NNA y sus familias, al trabajo profesional del equipo involucrado en las acciones preventivas, así como al apoyo invaluable de aliados como la Fundación Gonzalo Río Arronte I.A.P., a Nacional Monte de Piedad I.A.P., a Fundación Quiera A.C., a Fundación Sertull A.C. o al Rostro Humano de la Contaduría Pública A.C., podremos sostener éstos resultados y favorecer la prevención de este importante problema.