Estamos en constante movimiento y el cambio es parte importante del crecimiento, por ello, desde ednica los cambios son un reto que brindan la posibilidad de trascender.
En este breve escrito, hablaremos como nuestro modelo de intervención ha sido de gran apoyo ante los cambios que ha atravesado la institución. Además, ha permitido que el vínculo con la población se fortalezca de manera continua y esto se refleje en constancia de la misma y un impacto en términos positivos.
A lo largo de más de tres décadas, ednica ha enfrentado distintos momentos de transformación: desde adaptaciones en sus líneas de acción y actualizaciones en su teoría de cambio, hasta reestructuras internas y renovación de liderazgos. Estos procesos, aunque desafiantes, han sido oportunidades para fortalecer nuestro compromiso con niñas, niños, adolescentes y familias trabajadoras en situación de calle.
El modelo de intervención ha sido nuestra brújula, nos ha permitido mantener el enfoque en los derechos humanos, la participación activa y el desarrollo integral de quienes acompañamos. Es una herramienta que guía nuestra práctica educativa cotidiana y nos permite responder de manera profesional y estructurada a las realidades complejas de la niñez y adolescencia en situación de calle.
Hemos logrado sostener los procesos educativos, el vínculo y el acompañamiento, buscando cumplir nuestro objetivo: favorecer el desarrollo integral para mitigar los efectos negativos de la situación de calle; incluso en contextos de incertidumbre o cambio.
Hoy, más que nunca, reconocemos que contar con un modelo sólido, flexible y construido desde la experiencia cotidiana nos permite no solo responder a los desafíos, sino anticiparlos. Nos impulsa a innovar sin perder nuestra esencia, a crecer sin dejar de escuchar a quienes dan sentido a nuestro quehacer: la niñez, las adolescencias y familias que participan en los espacios de ednica.
Uno de los cambios más significativos que vivimos recientemente fue el cambio en la coordinación de la zona de intervención Sur. Esta transición representa una oportunidad de renovación, de revisar procesos internos y proyectar nuevos horizontes. Desde ednica, vemos este tipo de cambios no como rupturas, sino como oportunidades que abren paso a mejoras.
En este caso, el cambio de coordinación se acompaña de una visión amplia para fortalecer el trabajo en equipo, mejorar los espacios físicos y metodológicos, y ampliar la atención poblacional. A través de este nuevo liderazgo, buscamos continuar afianzando nuestra presencia, con propuestas pertinentes, sostenidas y adaptadas a las necesidades emergentes de la población objetivo.
Afrontar los cambios desde esta perspectiva es, en sí mismo, una forma de resistencia: resistimos con cuidado, con escucha, con propuestas, con trabajo en equipo. Y así seguiremos, adaptándonos, con la mirada puesta en una transformación social más justa y digna.
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